Si pensamos tanto en la verticalidad de la tipología en torre como en la posición del solar en la ciudad, se hacen evidentes las dos solicitudes principales del proyecto: rematar el eje que articula el nuevo ensanche de Salburúa y dialogar con el gran humedal a sus pies. La vía parque que lo rodea provoca una experiencia cinestésica de gran interés pintoresco debido a su traza sinusoidal, mientras la huella diagonal del antiguo aeropuerto coincide con la dirección desde la que se contempla el núcleo histórico de Vitoria, tan atractiva en altura como la que se despliega hacia el Norte y hacia el Este sobre el paisaje. Por todo ello, el proyecto propone desdoblar en dos cada torre prevista por el planeamiento y organizarlas haciéndolas pivotar en torno a los ejes presentes en el lugar. El conjunto se despliega en torno a la vía parque proporcionando visiones dinámicas y sirviendo a una concepción bioclimática integral, en la que las torres captan energía de las tres orientaciones más favorables, garantizando con sus proporciones en el clima de Vitoria el máximo aprovechamiento de la radiación solar. Con esta operación, se logran diferentes efectos de interés: las torres ganan esbeltez sin aumentar la altura total; se libera una gran superficie de suelo público y se consiguen viviendas cuya intensa relación con el paisaje es la manifestación real de la sensibilidad bioclimática con la que se han concebido. Todo el suelo liberado se transforma en una gran lámina de agua a los pies de las torres, un jardín líquido que remata el eje visual del ensanche e introduce los rasgos característicos del territorio en la ciudad. Estas tienen así una presencia ambigua y cambiante en función de la luz y en sintonía con el marco natural del que toma prestado el color y luminosidad como réplica del humedal y soporte especular en el que se miran las torres duplicando su altura.
viernes, 14 de diciembre de 2007
CASA DE CAMPO
Por Abalos & Herreros
La casa toma la implantación de una construcción original aprovechando sus muros, orientaciones y huellas de ocupación en general. El volumen final resulta del duplicado simétrico de la forma inicial, para disponer de dos fachadas diferenciadas en orientación, programa y vistas: cocina, dormitorio y baño al norte, con el bosque y las montañas rocosas al fondo; comedor, salón y estudio al sur, con el pueblo de Artá y los campos cultivados a sus pies.La fachada ventilada se plantea como un juego de aperturas y transparencias en dos niveles, resuelta en dos capas: una metálica de cerramiento y protección y otra interior que aloja carpinterías y trasdosados.La riqueza de sus posiciones exige la complicidad de sus usuarios para sacar en cada momento el máximo partido de la casa, que se posiciona en su entorno buscando la máxima interacción y el mínimo esfuerzo o resistencia frente a un medio que nunca es considerado como adverso.
jueves, 13 de diciembre de 2007
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