Por Abalos & Herreros
La casa toma la implantación de una construcción original aprovechando sus muros, orientaciones y huellas de ocupación en general. El volumen final resulta del duplicado simétrico de la forma inicial, para disponer de dos fachadas diferenciadas en orientación, programa y vistas: cocina, dormitorio y baño al norte, con el bosque y las montañas rocosas al fondo; comedor, salón y estudio al sur, con el pueblo de Artá y los campos cultivados a sus pies.La fachada ventilada se plantea como un juego de aperturas y transparencias en dos niveles, resuelta en dos capas: una metálica de cerramiento y protección y otra interior que aloja carpinterías y trasdosados.La riqueza de sus posiciones exige la complicidad de sus usuarios para sacar en cada momento el máximo partido de la casa, que se posiciona en su entorno buscando la máxima interacción y el mínimo esfuerzo o resistencia frente a un medio que nunca es considerado como adverso.
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